Crónica de un día de carnaval

Liberty hace muchos años no celebraba los carnavales de una manera tan rutilante, centenares de personas metidas en Paraíso, disfrazadas, bebiendo, compartiendo, celebrando, aburriendo.
No sé si es porque estamos acostumbrados a una Liberty que solo nos da crónicas rojas, pero ir a cubrir un carnaval se empieza a hacer aburrido a la primera hora, imagínense ustedes cuando ya llevamos más de 6 horas esperando por noticias, como no estar al borde del suicidio cuando lo único que vez es superhéroes, monjas, militares alcohol que va y viene, gritos, serpentinas, maicena… por suerte estamos en Liberty y siempre hay algo que nos despierta del letargo y nos devuelve a la cruda realidad

Primero fue un carro bomba, no quiero sonar terrorista ni aguafiestas, pero gracias a eso por fin vimos algo de acción, gente que no es de Liberty no acostumbrada a estos detalles corriendo despavorida sin saber donde esconderse y por ende creando el caos, militares tomando el control, un policía herido, fue entonces cuando dijimos, “hombre, no serán tan aburridos los carnavales” y Liberty con ese manto de pecado del que parece estar cubierta nos comenzó a dar noticias a granel

Una pareja que hacía el amor en un confesionario, otra en la capilla, algunos aseguran que una monja masturbaba a un curita en plena misa de gallo, ¿quien dijo que la lujuria no habita en Liberty?, luego todos fuimos sorprendidos ante el anuncio de los militares del arresto del bibliotecario Dorian Siviter, acusado nada más y nada menos, de ser el asesino serial mas escabroso de los últimos tiempos, apodado, El asesino del escalpelo, lo que desencadeno lo que muchos esperaban, noticias sobre la siempre intachable y simpática Kate Morrison, a quien le empezaron una investigación por que sus amistades podría decirse no son las más recomendables, ya saben, ser vista muchas veces (aunque ella siempre lo niega) con el capo de capos, y la amistad conocida por todos de ella con el bibliotecario que resulto ser el asesino mas sanguinolento de América, realmente no habla bien de ella

Sin embargo la noche nos deparaba dos sorpresas mas, este diario siempre se ha caracterizado, por que se escuchan las versiones de los implicados, por eso buscamos a Kate Morrison y gracias a una casualidad de la comodidad nos enteramos que ella estaba en paraíso, por lo que encontrarla sería fácil, sin embargo la sorpresa no fue encontrarla, el hecho relevante fue encontrarla en compañía de Dave Moran, bebiendo como cosaco y llorando cual magdalena apoyada del hombro de su gran amigo, como muchas veces, siempre que la confrontamos y preguntamos sobre su relación con Moran y lo que se convirtió en mitos urbanos sobre desenfrenados momentos sobre el capo de un coche y ella nos lo negó todo, esta vez decidimos seguirla en silencio, la buena mujer, amante de la ley, serena en las entrevistas, con la seriedad a flor de piel, directa cuando niega las acusaciones de la que es víctima, después de pasar un reten de los militares pagando una mordida, termino en una casa de Downtown con Dave Moran, pero como ella siempre tiene una excusa y no queríamos que nos dijera que habían ido a tomar el té, despacio y después de varios minutos nos acercamos a aquella casa para ver y corroborar que esta pareja es más que una simple amalgama obligada, ya que uno encima del otro disfrutaban cual amantes experimentados de las embestidas, el sudor y los gemidos, así que o Kate morrison lo hacía con Dave Moran, o el parchís que jugaba cuando niño ha cambiado mucho

Nuestros asientos de primera, del bizarro espectáculo se vieron interrumpidos por una alarma de guerra, así es, ahora Liberty está sumida en una guerra, y pensar que nosotros nos aburríamos, pero que caray, ¿acaso nos olvidamos en donde estábamos?